La Habana! Cuba!!

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Si todo estuviera tan bien señalizado en Cuba uno no se perdería viajando por la isla...







De izq. a dcha., Sergio Cevedo, se encargó de cantar y tocar la guitarra, Ronaldo Menéndez (wikipedia y página web), se encargó de cargar con Marrero (otra biografía al final de la pág.), que no quería/podía levantarse del banco, y yo contemplando la escena.
Tras una noche de cerveza Bucanero, algo de ron y música de una guitarra (incluida "Mediterráneo"), nos fuimos de casa de Alfredo Ramos y Kasia Badach hacia un desértico malecón. Después de más ron y cerveza le tocó a cada uno volver a su casa. Haz Ctrl + Click izquierdo sobre la tapa del libro, te lo recomiendo!








Alfredo y Kasia viven en el barrio El Vedado en una casa increíble (por su clase elegante y estado casi ruinoso a la vez, como muchas otras en Cuba) y desde su azotea se logra descifrar el malecón y los mensajes que emite la Sección de Intereses de EE.UU. (en la foto) que, con un rótulo luminoso, enseña al viandante desde teletipos de la CNN hasta artículos de la declaración de Derechos Humanos. Y sí, la misma que se pasa por el forro de los huevos el gobierno estadounidense (en Guantánamo sin ir muy lejos), y que el resto del mundo, sin excepción, tomando ejemplo o creando el suyo por no ser menos, también pisotea al mismo tiempo que la agita, indignado, para denunciar al terrible e inhumano país enemigo de turno. El caso es que este rótulo representa el único rincón de propaganda occidental en un pequeño islote de propaganda socialista.
Para obstruir los objetivos de tan simbólica característica, a Fidel (él solito, según dicen unos, como siempre, responden otros) se le ocurrió plantar 3000 millones de banderas negras (con sus mástiles) justo enfrente del luminoso, y sirven de telón de fondo de un escenario para actos políticos del régimen (empezó con Elián, el niño balsero). Al conjunto lo bautizaron con el nombre de "Tribuna Antimperialista".





Otra noche (con casi los mismos protagonistas, amigos todos de Laura) a Ronaldo, un personaje sacado de sus propias novelas y siempre iluminado por el don del ingenio y la facilidad de palabra entre otros, se le ocurrió la idea (buena idea!) de tomarnos unas cervezas a los pies del Castillo del Morro (en la otra punta de la bahía) y observar La Habana iluminada y la sombra de los mercantes pasar.
Hubiera quedado en el recuerdo como una noche de reencuentro para un grupo de amigos que se conocen desde hace muchos años y que han seguido caminos diferentes. En cambio, yo pasé de simple testigo o elemento de atrezzo en ese reencuentro a víctima de una sucesión de contratiempos, venturas y desventuras, que no hicieron más que mejorar la intensidad de una velada que por la compañía y el decorado se antojaba, por si fuera poco, interesante. Se convirtió en una noche graciosa, con alcohol, policías sobornables (3 veces nos libramos de una multa en un espacio de pocas horas ¡y sin soltar un duro!), guardianes de buen rollo, vistas especiales sin turistas alrededor, pasando 4 veces a través de un túnel de los años 50 que atraviesa la bahía para llegar a un castillo con una historia que da vértigo, y todo eso con 4 ocupantes con ganas de cachondeo amontonados en la parte trasera de nuestro coche, entre las 12 y las 6 de la mañana. Oh, boy, what a night!




Alexis Diaz de Villegas (biografía sin actualizar) es otro amigo de Laura, la historia de cómo se conocieron tenéis que escucharla de boca de ella, esas cosas solo deben pasar en Cuba, en pleno período especial y sólo a la buena de Laura. Le fuimos a ver durante el rodaje de su papel protagonista en "Long Way", una película para la cual tuvo que pasar casi 2 años aprendiendo a tocar el contrabajo, increíble. También le podéis ver ampliamente en "El cuerno de la abundancia" con Jorge Perugorría, que después de hacer un buen papel en los cines ya está en DVD. Su director fue la mano derecha de Titón (apodo de Tomás Gutierrez Alea, títulos como "Memorias del subdesarrollo" o "Los sobrevivientes" son imprescindibles) en películas como "Fresa y chocolate" o "Guantanamera". Y hablando de cine cubano aprovecho para recomendar a los cinéfilos "Soy Cuba" de Kalatazov, si no la conocen todavía claro, y también un documental sobre la película (o más bien odisea) 40 años después...





Apenas unas cuadras más allá del lugar del rodaje está El Capitolio y el Parque Central. En él se reúnen decenas de aficionados para discutir (acaloradamente la mayoría de las veces) sobre el deporte nacional: el beisbol (en Cuba "la pelota"). Lo llaman "La Esquina Caliente".





En el porche de la casa de Alfredo y Kasia. Cuando terminen las reformas volverá a ser la casa señorial que siempre fue.





CDR, la pesadilla orwelliana
Comité de Defensa de la Revolución

Los CDR se crearon en 1960, un año después del triunfo de la revolución. Son “oficinas” instaladas en cada cuadra/ bloque de casas. A su vez hay una oficina que las agrupa en el barrio y así sucesivamente hasta llegar a nivel nacional. Los respectivos cargos de cada “sucursal” (presidencia, finanzas, vigilancia) están ocupados por los vecinos de esa misma cuadra (4 casas o bloque de viviendas) y no hay cubano que no los tenga presentes en su rutina en mayor o menor forma. Cumple la función de defensa nacional pero tambien de control social del régimen, entre otras muchas cosas. Su creación parece inspirada por la novela "1984" de George Orwell, una pesadilla autoritaria (también recomiendo "Un mundo feliz" de Aldous Huxley, el libro que cambió mi adolescencia...), un peligroso mecanismo de control, una forma de apretar (y de soltar) las tuercas al personal, maquiavélico. Para más información sobre los CDR haz Ctrl. + Clic izq. en este artículo de Reporteros Sin Fronteras, organización acusada por algunos de ser un instrumento de propaganda occidental (y razones no les faltan). Los CDR perdieron protagonismo durante el "Período Especial" (al colapsar el sistema muchos se lo pasaban por el forro de...) pero en los últimos años está recobrando por momentos (inquietantemente) su antigua importancia. Recomiendo también la lectura (si tenéis unos minutos, son sólo 30 páginas en formato PDF) de este artículo del sociólogo Vincent Bloch titulado “El sentido de la lucha”, tremendo. Este artículo es más fácil de leer que cualquier otro “ensayo sobre la sociedad cubana” y, entre otras muchas más cosas, explica como sortear al CDR y al Estado para lograr sobrevivir en Cuba. Muy interesante.




Una experiencia digna de ser retratada en el blog Vicisitud y Sordidez: el museo de los CDR en La Habana Vieja. Si en España pueden vanagloriarse de ese lado Sancho Panza, en Cuba abunda lo kitsch (como las tartas de merengue rosa adornadas con perlas plateadas), la apología, sin remordimientos, de la horterada (bautizar a tu hija Yusneivis por US Navy debido a la moda de poner nombres de estilo ruso empezando por Y), y todo esto mezclado con los símbolos de la Revolución. Resultado: un museo que mezcla historia, comunismo, carteles peculiares, dignidad, rebeldía y autoritarismo, tenéis que visitarlo. Cuba despierta sensaciones contradictorias, grotescas por la situación del país, románticas desde el punto de vista idealista, algunas de rechazo, otras de admiración y hasta algunas enternecedoras, todo junto: las montañas rusas deberían llamarse montañas cubanas. En cuanto a la situación económica, suelo imaginarme la isla como una roca enorme suspendida en el aire y sujetada por debajo por cientos de palillos, a los cuales se aferran miles de personas (como en la base de un castellet), ora sujetándolo, ora mordisqueandolo... Y en cuanto a las otras situaciones, solo decir que es de los pocos pueblos que se atreven a hacer frente a ese monstruo imperialista que les vigila a pocas millas. Allá se enseña dignidad y amor propio en las escuelas, además de otros valores humanos desaparecidos de nuestras sociedades. Haz click en la imagen más arriba para agrandarla y ver los carteles del museo.

En nuestro grupo de visitantes del museo había un joven turista italiano enamorado del comunismo que llevaba una camiseta con las caras de Mao, Lenin, Stalin, Trotsky... todos juntitos y mirando al horizonte (al más puro estilo del "realismo socialista") y además un tatuaje que Laura consiguió fotografiar.



El "Hombre TodoJunto" pilló varias veces a Laura intentando fotografiarle, pero Laurita siguió disimulando como si no fuera con ella y al final consiguió una buena foto para el blog.





Un grupo de "Pioneros", un servidor y de fondo los bustos del Ché Guevara y del bisabuelo de Laura, Pedro Albizu Campos, quien da el nombre a la escuela donde tomamos la foto.



Trailer de un documental sobre Pedro Albizu Campos





Con todos los golpes de estado impulsados por la CIA en Latinoamérica, Cuba se convirtió en refugio de muchos exiliados que tuvieron que huir de la represión de, por ejemplo, Pinochet o Videla (por citar a los más conocidos en Europa). La madre de Laura, al igual que otras miles de familias, recibió totalmente gratis a través del ICAP (Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos), un apartamento amueblado con los sellos del susodicho ICAP (bajo una silla en la foto). El refrigerador, que actualmente sigue funcionando, es de marca Imput (bloque soviético) pero la tapa del congelador se rompió y se sustituyó por esta pieza de un Minsk 10, huelga decir que también del campo soviético. Desde los refrigeradores hasta los dibujos animados (pasando por productos alimenticios o industria pesada) eran de origen soviético, algunas casas son auténticos museos de la nostalgia, algo así como vivir en el decorado de Good Bye Lenin en pleno Caribe.




El apartamento de Laura es un museo, con sus monumentos.