Khartoum! Sudan!!






Celebración sufí en Jartum.

Arropados por los cánticos repetitivos de los espectadores, algunos fieles entran en trance mientras bailan.





Una de las mezquitas grandes de la ciudad.

El almuecín con ayuda de los altavoces recuerda a los fieles cinco veces al día el momento de la oración (ejemplo de un Adhan en El Cairo), el viernes además se escuchan discursos y lecturas interminables del Corán. Los primeros días la llamada más temprana te despierta de un sobresalto, y paseas por la ciudad con la persistente pero exótica banda sonora acompañándote a donde quiera que vayas. Pasado un par de meses ni te das cuenta, incluso diferencias entre uno bueno y otro malo. La musiquilla empieza a formar parte del paisaje, como los pitidos de los coches, la gente sentada a la sombra o el polvo del desierto que flota en el aire de esta ciudad.




Una ciudad caótica




La mendicidad es corriente en los cruces y semáforos, pero no tanto como en Etiopía




En las afueras de Khartoum vive Theodora con parte de sus hijos, en una ciudad de barro inmensa, sin agua corriente ni electricidad. Fuimos a visitarla para llevarles cosas que no necesitábamos (una cama, algún aparato eléctrico, ropa quizá...), pasamos la tarde con ellos y nos fuimos antes de que anocheciera. Un día, la policía sudanesa entró al campo de desplazados y mató a varios habitantes; esa misma noche una turba de desplazados asaltó una comisaría causando varias muertes. La tensión en estos campos es constante. A estos desplazados se les conoce como IDPs (Internal Displaced People) y en un país víctima de dos guerras rara es la familia (originaria del sur o Darfur) que no tiene IDPs entre sus filas.




La casa de Theodora


Por si las guerras no fueran suficiente castigo, los dos Nilos también se encargan de dificultar la vida diaria. Es una relación contradictoria ya que gracias a ellos la ciudad existe.

Nilo Azul inundando Jartum, desde el avión.



Nilo Blanco inundando Jartum, desde el avión.




Nuestros vecinos se las apañan con las inundaciones, a 200 metros de nosotros


Nuestra segunda casa (tuvimos tres a lo largo del año que pasé) era la antigua residencia del embajador de Qatar. Teníamos algo que prácticamente ningún extranjero tenía, la piscina. En la foto aparece un operario limpiándola en nuestros primeros días, justo después de instalarnos. Con piscina y jardin para jugar al futbol, la fiesta que organizamos para el cumpleaños de Benedetta, la que fue mi pareja durante todo ese año, entró en los anales de la historia de las fiestas para extranjeros en Khartoum!


Mi cueva del tesoro.

Cerveza, ron Bacardí, vodka ruso y ginebra ugandesa (Uganda Waragi!)

En un país con una estricta ley Sharia está prohibido, entre otras muchas cosas, el alcohol. Después del acuerdo de paz que puso fin a la guerra civil entre Norte y Sur, a los extranjeros se nos dejaba un poco al margen de estas leyes (aunque la mayoría de las veces sólo en teoría...). Sólo podíamos beber en privado, sin que nos vieran sudaneses y, por si fueran pocos obstáculos, el alcohol por supuesto no se vendía en las tiendas.

Cada uno lo sacaba de donde podía: nosotros lo comprábamos en el extranjero. Salir del aeropuerto con las maletas cargadas de cerveza era otra historia. Cuando la cosa estaba fea, dejábamos el alcohol en el avión y más de una vez (hasta que pusimos candados) los de la limpieza se cogieron una propina extra. Tal era el valor de poseer una lata de cerveza que eran moneda de cambio en apuestas de póquer y billar (ganaba unas cuantas en lo primero, perdía muchas más en lo segundo, maldito "Doble o Nada").

Si en una fiesta con alcohol entraba la policía, se llevaban, y no de buenas maneras, a los sudaneses que allí se encontraran, amén de confiscar una parte del alcohol (una botella de whisky podía alcanzar los 70 dolares en el mercado negro) y verter el resto ante los invitados. La condena y el número de latigazos era acorde al grado de embriaguez, calculado gracias a un test rudimentario y hasta gracioso. Al organizador de la fiesta le esperaba un juicio meses más tarde. Si organizabas tu fiesta de despedida de Khartoum y te pillaban, como ya pasó una vez, te tocaba cambiar los billetes, esperar al juicio sin salir del país y organizar otra nueva despedida tras pagar la multa, esta vez sin alcohol por si las moscas... La única gran fiesta que organicé (bueno, que Benedetta organizó en mi casa y con mi inestimable intervención) contó con una patrulla de policía en la puerta que vigilaba quien entraba. El exceso de celo de nuestros empleados que se aferraban a la lista de invitados provocó que algún embajador se quedara sin entrar maldiciendo a los cuatro vientos. A pesar de todo fue un éxito y todavía quedaba gente durmiendo en el jardín en graciosas posturas cuando me desperté...


"Fabrica" de ladrillos en las orillas del Nilo, cuando baje el nivel la tierra estará lista para hacer más.


6 comentarios:

Anónimo dijo...

f e l i c e s

26



Aita Txus

Anónimo dijo...

Increibles las fotos!!!! Es la primera vez que me meto en tu blog y era pa felicitarte el cumple pero me he quedo flasheada!!!!! :O:O:O:O
Un besazo y a pasarlo bien!!! :)
AiNhOa

Anónimo dijo...

Ké tal te va el cumple??
Recuerda que hasta las 20,30 horas no naciste.

Aita

Gontzal dijo...

gracias aita! a ver si el prox cumple lo celebro en españa con una fiesta q empiece a las 20.30 :)

gracias ainhoa! suerte por italia q seguro te sale todo de buti. besos y saludos a guille!

Anónimo dijo...

Te echamos de menos en la cena del "Semi", pero estamos esperando a q vuelvas para organizar otra!!!

26 ya?? viejorro!!!! dale caña q se te pasa el arroz!!!

Esas fotos de las lluvias torrenciales se quedan en bragas con lo q está pasando en Galicia. Este año no levantan cabeza...

muchos besos y cuídate!!

Gontzal dijo...

Noe! esa cena del semi! estuve a punto de coger el bus e ir, pero me entere que no iban ni la torrontegi ni patxi ni el resto de aquel elenco q se ocupaba de intentar educarnos... :)
Lo de las lluvias aqui es un tema :), pero tengo q enseñarte las fotos de kenia, la caña!!!
un beso y gracias por acordarte!
esa noeeeeeeee!